El rol de IoT en la industria ganadera
Es posible que el tema que hoy nos incumbe sea ya conocido para los lectores, pero soy del parecer de que reflexionar sobre la implementación de IoT en otras industrias sirve siempre para adquirir un nuevo punto de vista que genera nuevas ideas.
La idea que alguien tuvo hace tiempo y sobre la que hoy hablaremos, estoy seguro que parecería descabellada a cualquiera hace años. Se trata de querer implementar IoT en el ganado. Dicho de forma simple:
“ponerle WiFi a una vaca”
¿Qué es IoT?
Un dispositivo de IoT es parte de una red o proceso que hace cuatro cosas: detecta información de su entorno, la procesa, la comparte y actúa sobre ella. Estos dispositivos, que están conectados a la web, se instalan en infinidad de elementos, desde electrodomésticos a nuestro caso de una vaca. Sin embargo, las aplicaciones para la industria son mucho más comunes y maduras que los productos de IoT para el consumidor. Por ejemplo, IoT es la infraestructura principal detrás de las tiendas inteligentes, donde los sensores escanean y recopilan información sobre los movimientos y las compras de los clientes para que los propietarios del negocio comprendan mejor el comportamiento del consumidor.
Industria ganadera
Los granjeros también querían beneficiarse de esta tecnología, ya que vieron la posibilidad de poder vigilar a sus animales en cualquier momento y en remoto, y durante años muchos han usado crotales con identificación por radiofrecuencia (RFID) para saber dónde deambulan sus vacas. El disponer en tiempo real de la situación del ganado es algo fundamental para cualquier ganadero y algo que parece impensable, que no aporta ningún valor, que no tiene sentido, ha hecho florecer a empresas que se dedican exclusivamente a cubrir un sector más que demandado.
IoT llama a IA
En un principio pensado para controlar el ganado y su localización, la idea de poner un chip a todas las reses sirvió para aportar una gran cantidad de datos que antes no estaban disponibles y la mejor idea que se pudo tener es intentar, mediante la conectividad inalámbrica y un acelerómetro agregado a estos crotales, obtener una mayor cantidad de datos con ubicaciones más precisas.
Obtener más datos es la base del Big Data y de su análisis no sólo se sacan evaluaciones y resultados sobre el status quo del ganado. También se gana un control sobre la situación, un mejor entendimiento del pasado y gracias a la Inteligencia Artificial, incluso del futuro.
La guinda del pastel
Las correlaciones de datos son la base del estudio de la Inteligencia Artificial. Y los resultados suelen ser sorprendentes. Desde detectar tumores con mayor precisión que médicos experimentados a detectar fallos casi indetectables a la vista humana en piezas fabricadas.
Y esta vez, los resultados volvieron a sorprender.
Mediante un análisis de los datos recolectados se consiguió detectar si una vaca se encontraba enferma según el tiempo que la vaca pasaba comiendo o descansando. Algo difícil de imaginar en un principio.
El detectar este tipo de comportamientos de un modo fiable, remoto y que se retroalimenta es una gran fuente de ingresos que se puede materializar muy pronto y que ofrece una ventaja competitiva impresionante.
Conclusión
Este ejemplo nos da la idea de lo que podemos llegar a sacar de estudios de IA de bases de datos lo suficientemente extensas, y sobre todo, la importancia de intentar tener dispositivos que nos permitan la recolección de esos datos.
Si nos paramos a pensar en los procesos productivos que vemos día a día en nuestras fábricas, podemos entender la inacabable cantidad de información que nos brindan y estamos dejando pasar. Con los análisis necesarios y unos buenos algoritmos de Inteligencia Artificial, nos estamos acercando a esa digitalización que tantas empresas buscan y tan pocas entienden. Es por ello que las empresas deberían invertir en I+D+i prioritariamente en este campo.