Data furnace
Como bien descrito en el propio título del post, hoy vengo a hablar del data furnace, o la idea que sugirió Microsoft para la utilización de servidores como calentadores de casa y complejos urbanísticos de todo tipo, asemejando los servidores a mobiliario (furnace en inglés).
El origen
En 2011 Microsoft hizo público un artículo en el que indicaba la posibilidad de usar el calor residual que generan los servidores de las grandes empresas como forma de calefacción de edificios.
El principio suena lógico: si tengo sistemas informáticos que se calientan y se está desperdiciando todo ese calor, o incluso se gasta energía adicional para intentar disminuir su temperatura, en los edificios nos encontramos con sistemas que generan calor consumiendo más energía.
El hecho de combinar estos dos fenómenos de desperdicio de calor junto con la necesidad del mismo, se llega fácilmente a la conclusión de Microsoft.
Aunque parezca algo increíble, las grandes empresas de Internet como Facebook, Google y Microsoft construyen enormes centros de datos que albergan miles de servidores en lugares desérticos y aislados, que bombean simplemente su escape caliente al aire gélido de Oregón u otros estados fríos.
La batalla por conseguir el terreno más grande y barato con el único hecho de poner servidores es algo que está avivando realmente la posibilidad de instalar estos servidores en lugares, donde existe esa necesidad.
Evolución
La idea se extendió por entonces con no mucho interés, si bien es cierto que aparecieron empresas dedicadas a este tipo de “tecnología”, que preferiría llamar descubrimiento.
Principalmente asentadas en Francia, muchas empresas quisieron apostar por este modelo de negocio innovando en los concretos usos del mismo.
Desde proponer a empresas con estos servidores moverlos a dónde existiese algún consumidor, a crear servidores en urbanizaciones de casa y alquilar el uso de esos servidores como la nube, obteniendo ingresos tanto de la empresa como de la comunidad, hasta la venta de ese poder calorífico a grandes almacenes y complejos como piscinas para la climatización, etc…
Aunque parezca una idea difícil de vender, cómo indica Wikipedia los costes estimados que tiene una empresa por alquiler de superficie para servidores es significativamente alto (400$) en lugar de los que tendría si su actividad genera calor, un doble ingreso y el alquiler del suelo puede reducir costes hasta llegar a 10$.
Cambio climático
Una de los principales razones para creer que esta idea pueda llegar a triunfar es el afán de las empresas por ser cada vez más verdes. La sostenibilidad no es algo en lo que muchas empresas inviertan por gusto, pero ven el potencial que puede llegar a tener el traer al mercado productos más ecológicos, avalados por el consumidor dispuesto a pagar más y producir más ventas.
Adicionalmente las regulaciones europeas están forzando a las empresas a moverse hacia esa transición ecológica, a pesar de la oposición al cambio por la empresas por pura pérdida de valor económico y ventaja competitiva.
Apostar ahora por medidas ecológicas es la forma que tienen las empresas de cumplir su propósito número uno, que es sobrevivir, si quieren hacerlo a largo plazo, por lo que probablemente veamos a más empresas interesadas en este tipo de solución.
La gran desventaja
Sin duda alguno habrá pensado ya el problema que puede suponer dejar unos servidores a merced de unas instalaciones de las que no se controla con las premisas que quiera la empresa. Y es que aquí ya no hablamos de seguridad física de los propios servidores, sino también de la ciberseguridad y posible robo de datos si se piensa en esta opción.
Sin duda las empresas dedicadas a este sector trabajan en hacer desaparecer estos problemas invirtiendo en medidas de ciberseguridad e intentando que las redes de sensores pueden advertir a los administradores si se viola la seguridad física, y el cifrado a gran escala de los datos en los servidores.